lunes, 3 de marzo de 2014

Retrato de B, de la mano de su subjetivísima mama.


Gracias a los genes paternos tenemos una princesita rubia, de grandes ojos azules y preciosa tez. Redondita y suave. Un bombón súper alegre, a la que le gusta hacer el payasito y así es como disimula una timidez enorme, que de otra manera la tendría paralizada detrás de mi falda.

No le gustan los besos, pero adora las cosquillas. Le encanta tener tu atención, y si la pierde hará lo que sea para recuperarla. Lo-que-sea. Así que normalmente termina castigada en algún rincón un poco confundida. 

Odia tener que pedir perdón, su pequeño orgullo no le permite reconocer fácilmente que ha hecho algo mal. Así que cuando no le queda más remedio que disculparse, escuchamos un hilillo de voz, casi imperceptible, que alarga la letra “o” hasta deformar por completo la palabra y convertirlo en un “perdoooooo-on” suavecito y cantarín.

A medida que se va haciendo mayor, nos va ensenando otros aspectos de su carácter, que nos vamos oliendo nos dará muchos dolores de cabeza en su adolescencia. Valiente y lanzada. Traviesa. La mezcla es arrasadora.

Es un poco lianta, y no le preocupa soltar alguna mentirijilla si la ocasión lo requiere. "Drama queen" de categoría. Un cocktel molotov manipulador a la que hay que atar corto. Muy corto.

No se puede negar que un poquito “grumpy”, cascarrabias y con genio. Se nos enfada a menudo, cruza sus brazos y pone ceño y morritos. Creo que en realidad sabe que esta irresistible.

 A veces se levanta cantando y otras se levanta enfadada. Queremos creer que su yo verdadero es el que canta y el gruñón solo una pose para atraer atención, pero ya no estamos seguros.

Le obsesiona el chocolate, come desgraciadamente a sentimiento. O sea que si le gusta, se pone ciega y si no, consigue demostrar un interés cero y prefiere no comer y conseguir atención a cambio.

Sensible con absolutamente todos los animales. Su sueño es tener un perrito. Si ve gente montando a caballo dice que ella también quiere. No nos sorprende. 

Le encantan las manualidades y las pinturas, a menudo pinta a su familia y siempre nos retrata sonriendo y con pelos a lo loco. También pinta animales y cohetes.

Le interesa muchísimo la cocina, tanto hacer una bolognesa, como rebozar pescado. Disfruta con la repostería y con cualquier receta que conlleve enharinarse las manos y mancharse hasta los codos.

Le gusta saltar en los charcos, como a Peppa Pig (y a todos los niños) y no le preocupa mancharse o mojarse. Le encanta jugar con agua y trastear por el jardín.

Adora a G. Le parece la pera y suele repetir lo que él hace o dice. Si G hace deberes, ella quiere hacer deberes. Si G se tira por la ventana, ella se tira por la ventana. Claro que, gracias a Dios, G es mucho más sensato y nunca se tiraría por la ventana.

Verla dormir te llena de ternura, incluso si esta roncando, que pasa. Parece mucho más joven, casi un bebe enorme, con su pelo fino, sus mejillas redonditas y su nariz de botón.

Su olor es dulce.

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