jueves, 29 de mayo de 2014

Tres cosas

Cuando descubres algún escritor que te inspira, siempre ocurre lo mismo, quieres leer absolutamente todo lo que ha escrito y vas recomendándoselo a medio vecindario. Recientemente descubrí el libro de El Ultimo Elfo, y por suerte o por desgracia su autora me tiene atrapada.

Silvana de Mari redirigió su carrera profesional como cirujana a tratar de entender la mente humana. Y creo que en gran medida lo ha conseguido. Como además conoce muy bien el cuerpo, combina de alguna manera el "mens sana in corpore sano" que para mí es básico: es difícil enfrentarse a una vida llena de obstáculos cuando uno no se encuentra bien. Y viceversa, descansado y contento es mas fácil comerse el mundo.

Así que sus escritos hacen referencia también a qué ayuda a nuestro organismo a producir endorfinas y serotonina. Como mis conocimientos médicos son nulos, apenas soy capaz de cuestionar lo que dice, pero me parece que lo que cuenta tiene sentido.

El otro día a través de facebook contaba un pequeño truco que me encanto. 

Aunque se trate de una herramienta para afrontar una época complicada, creo que también sirve para saber valorar tu entorno.

En casa es una conversación que procuramos tener a menudo. Que el escéptico de mi marido entre al juego, puede significar dos cosas:

1. Que me da por imposible.
2. Que es un ejercicio que merece la pena.

Yo lo cuento por si acaso es el número dos.  

Por lo visto es habitual que el cuerpo humano a la noche reduzca los niveles de serotonina. Es por eso que las personas instintivamente, y supongo que con el objetivo de regular sus niveles hormonales, tienden, una vez acostados y antes de dormirse, a pensar en momentos felices de su pasado, o a fantasear con un futuro deseable. También es por eso, y porque además se incrementan los niveles de melatonina, que por la noche tendemos a ver cualquier problema o preocupación con más dramatismo. Moraleja: No intenteis solucionar los problemas por la noche. 

Silvana nos cuenta que es posible subirse esos niveles de serotonina si antes de dormir pensamos en tres cosas positivas que nos hayan ocurrido en ese día y, si queremos, aprovechemos para compartirlas con otra persona.

Si tienes mil, te darás cuenta que no necesitas irte a buscar la magia de tu infancia -si la hubo- o recrearte en un inexistente premio de la lotería o en otras expectativas positivas sobre lo que te deparará el futuro. Tu vida-tu presente-tu día es suficiente para hacerte sentir bien.  

Si atraviesas una mala época profesional, personal o de lo que sea, es importante buscar tres cosas positivas en ese entorno específico, y meditar porqué crees que te han pasado. A corto plazo, conseguirás redirigir tu atención a los aspectos positivos, lo cual te hará sentir mejor. A largo plazo, plantearte la causalidad de esas tres cosas conseguirá que poco a poco vayas modificando ese entorno complicado hacia un terreno más agradable para ti.

Obviamente si no eres capaz, al menos has de intentar buscar las tres cosas en algo que te funcione, para que seas consciente de tus puntos de apoyo mientras tratas de solucionar el problema.

Si te pasa como a mi ayer, que me quedé frita despues de pensar la primera, ni te preocupes, eso es que todo va bien! 


jueves, 22 de mayo de 2014

Educar en casa

El otro día, le escribía a mi madre sobre un tema bastante metafísico: Y le decía que, que una vida sea más fácil que otra, partiendo condiciones equiparables de recursos y salud, depende de tu optimismo.

Si eres optimista, salvo errores garrafales injustificables -que no hay tantos- miraras para atrás y veras decisiones acertadas y pocos obstáculos en el camino, que sencillamente estaban ahí, como en el de todo el mundo, pero no han sido definitivos o negativos. Incluso diría que los obstáculos en manos del optimista, solo están para mejorar, y te llevan más lejos. Aunque sólo en la dirección que tú intrínsecamente quieres tomar.

Y luego me he quedado reflexionando sobre esta última frase y creo que habría que añadir para ser justos del todo, la importancia de que te eduquen desde niño a afrontar tus propios retos, y experimentar victorias y derrotas, y vinculadas con estas últimas, nuevas conquistas. 

Porque conviene enseñar que los obstáculos se pueden sortear y, experimentar que haber conseguido lo que es difícil nos llena de verdadera satisfacción y nos hace fuertes frente a nuevos retos. Negarles eso, y terminar resolviéndoles las cosas tú, es negarles la satisfacción de la autosuficiencia y algo aun peor:

-Qué pasa cuando no lo consiguen? Que tienen que aprender a manejar su frustración. Y eso es otra de las claves del éxito. De cualquier tipo de éxito.

No se debe llegar a adulto sin saber asumir la frustración. Porque entonces será mucho mas desesperante y mucho mas difícil mantenerse pacientes y confiados, y por el contrario, nos generara impotencia. Y se nos caerá el pelo, jajaja.

La frustración del niño es mucho más manejable. En muchos casos se arregla con un:

-Nice try! Well done! Very good effort! – Que en español, seria mas algo así como animarle mientras intenta atarse los zapatos con: - Vaya, que difícil es esto! Muy bien! Casi lo tienes! Yo creo que puedes conseguirlo!

Y el día que finalmente consiga su victoria tendrá un sabor inigualable. 

Porque la otra lección que conviene enseñar, y va de la mano de esta, es que las cosas, no siempre salen cuando queremos, llevan su tiempo -SU tiempo-, y mientras tanto hay que pelearlas. 

Desde luego que la práctica de todo esto es complicada, entre las prisas, la protección que les queremos dar, la falta de paciencia, y las aspiraciones que tenemos para ellos, no hay un día en que no les resolvamos la papeleta. Pero conviene pararse a pensar frecuentemente que es lo que pueden hacer y deben hacer ellos solos, y donde estamos interfiriendo injustificadamente. Porque con un nino los retos casi cada dia van cambiando.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Lollipop Lady

Supongo que nadie que escuche semejante nombre se imaginara en qué consiste este trabajo en realidad, porque la traduccion literal sería la Señora de la Piruleta! En realidad es un nombre bastante gráfico... 

Nuestra Lollipop Lady es quien todas las mañanas -y todas las tardes-  se coloca en el paso de cebra más cercano al cole, armada con una señal de stop en la mano y se asegura de parar el tráfico para que los niños crucen sin peligro.

La llevamos viendo ya dos cursos, y la verdad es que mi hija el año pasado, con sus tiernos tres añitos, me aseguraba que ella de mayor quería ser Lollipop Lady. Le debía parecer la bomba eso de llevar un chaleco reflectante hasta las rodillas, una señal gigante y, con toda su autoridad, parar a los coches y ayudar a los niños a cruzar la calle. 

La semana pasada los Seahorses (la clase de B - Hay tres en pre-escolar: Seahorses, Dolphins y Starfishes-) recibieron una visita muy especial. Como parte de su programa de seguridad vial, Doña Lollipop, se acercó a sus clases a explicarles unas cuantas normas.

A mi hija se le ocurrió hacerle un "Thank you card". Era de cartulina roja, tenia pegados pasos de cebra, señales de tráfico y un dibujito muy mono de una Lollipop Lady. Dentro le había escrito:

Dear Mara,

Thank you for looking after us.
Love,

B.

Supongo que se habrá quedado encantada, porque esta mañana, le hemos dado en mano la tarjeta!!!

B se moría de vergüenza. Nos hemos acercado a "Loli" -así la ha rebautizado mi hija- y ella, muy contenta nos ha preguntado: -Es para mí? La Rubia ha asentido con su cabeza  y luego cuando nos alejábamos le ha dicho: "Have a lovely day" y adiós con la mano. 

A mi toda esta historia me ha encantado, porque que sea capaz de comunicar a alguien, que normalmente pasa desapercibido, que valora su trabajo me hace sentir orgullosisima de ella. Y tampoco puedo negar que ademas el gesto me enternece. Estoy segura que a la Sra. Lollipop también.

jueves, 15 de mayo de 2014

Colin Firth


Apareció en mi camino una soleada mañana de mayo. Paseaba yo por Hampstead, que estaba esplendido: exuberante de color y ofreciendo aromas dulzones desde cada uno de sus árboles -y arbustos- en flor.

Iba sola por mi acera cuando él doblo la esquina. Mis gafas de sol impidieron el contacto visual, pero nos miramos. Dos nanosegundos después me di cuenta de a quien había visto.

Era él.

Era Mr Darcy en Orgullo y Prejuicio –la serie de la BBC. Era el Mr. Right particular de la atolondrada Bridget - y de media humanidad también. Era el escritor despechado de Love Actually, al que muchas hubieran querido consolar. Era el rey Jorge, que nos dejo con su interpretación "speechless".

Pero esta vez era real, tenía tres dimensiones y compartía acera conmigo.

Durante otros dos nano-segundos consideré acercarme, pero, y si estaba siendo uno de esos días excepcionales en que todo el mundo le dejaba tranquilo? No sería yo quien le rompiera ese espejismo de normalidad, que imagino será altamente valorado por una estrella de prestigio mundial. 

Asi que el respeto al projimo me salvo de hacer el ridiculo! No esta mal, hay veces que de veras agradezco mis valores! :) 
  
Más tarde en casa le conté a E, que al rato me pregunto si tenia intención de continuar hablando de Colin toda la tarde.

Me gustaria verlo a el tras un encontronazo con su querida Pippa, que desde la boda de su hermana le tiene abducido, o con nuestra Pataki o con super Scarlett-por-poco-tiempo-Johansson, o, o, o... Su lista desde luego es mucho mas larga que la mia, pero el pobre a la unica que se encuentra, y cada dos por tres, es a la princesita Beatrice, haciendo jogging por Hyde park...

El efecto placebo de las tiritas

Hay veces que tienes las cosas delante de tus ojos y no ves su potencial.

A la Rubia le vuelven loca las tiritas. Vamos que una caja le dura un par de minutos. Se las coloca en rasguños casi imperceptibles, y a la que te descuidas confunde una pequeña peca con una herida, y también las cubre con tiritas.

Nunca pensé que creía su poder curativo, sino más bien que las usaba a efectos decorativos, como pegatinas, visto que son ahora tan monas.

Esta mañana, sin embargo cuando le iba contando que, aunque ya no necesito llevar escayola, me sigue doliendo la mano, y hay que tener cuidado, me ha dicho muy convencida que lo que tenía que hacer es ponerme una tirita.

Obviamente mi mano ya no presenta ni moratones, ni roces, ni nada, pero aun asi para mi hija es basica y me hara sentir mejor. Señores, me he dado cuenta que con las tiritas tengo un filón. No va ver quien me pare: para el dolor de cabeza, de barriga, de lo que sea.

Voy a terminar como mi amiga la americana, que cada vez que su hijo le exagera su malestar, le pone fino de TicTacs y se lo soluciona al instante.

Por fin!

Aquí ando, de nuevo en el hospital, sintiéndome una persona afortunada, porque vengo a que por fin -POR FIN- me quiten la escayola!

Veo celadores llevando camillas de un lado para otro, y no puedo evitar pensar la suerte que yo tengo de venir por tonterías. Tonterías, que fuera de este contexto, han acaparado la atención de montones de personas que, con muchísima amabilidad se interesaban por mi brazo y me preguntaban cómo me había pasado, y de verdad que me hacían sentir el mismísimo Indiana Jones, contando mis batallitas.

El balance es positivo y gracias a mi escayola he tenido, montañas de atención, firmas y dibujos de colores de G y B, anécdotas divertidas que contar y tres visitas al hospital.

Aunque muchas personas odian los hospitales, personalmente me parecen lugares muy humanos, para lo bueno y para lo malo. Ademas, a los que vamos con pequeñeces, nos recuerdan lo afortunados que somos por no tener que afrontar el sufrimiento de muchos otros.

Me enternece ver personas mayores acompañadas por sus hijos y sobrinos, que les saben cuidar con paciencia y cariño. Verlos solos, sin embargo, me encoge el estomago. Cuando veo niños, es otra historia, lo que se me encoge es el alma, porque ver un niño sufrir es un tormento.

Pero ahí están todos y cuando cruzas el umbral hacia el interior del hospital, te das cuenta, en definitiva, de que es realmente lo importante en esta vida, y sobre todo que no es.

lunes, 12 de mayo de 2014

Las ventajas y las desventajas de tomar hierro.


Por fin he encontrado un argumento interesante y eficaz para que mis hijos coman brócoli. O árboles, como ellos le llaman.

No sé si estaréis al día sobre qué superhéroe de Marvel se lleva ahora. Puede que sea sólo en este trocito de Europa, pero los niños no se interesan demasiado por Superman y lo de Spiderman está ya un poco pasado. El superhéroe del momento es, sin lugar a dudas, Ironman.

Y como estaréis imaginándoos, la relación de ideas es facilísima… Ironman es súper fuerte porque come mucho hierro - iron-, así que les aseguro que si quieren crecer fuertes no les queda otra que tomar alimentos ricos en hierro como, por ejemplo, el brócoli.

De momento está funcionando bastante bien, y ellos delante de un plato de brócoli, se empeñan en mostrarme sus bíceps, con ese gesto universal de "Que-fuerte-soy!". Pero hay que ver esos bíceps… Para el que no conozca a los niños, aclaro que los de uno son unos huesitos con casi nada más, que dan un poco de lástima -o ternura-, según seas su madre o no; y los de la otra, son tan jugosos y tiernos, que te dan más bien ganas de darles un mordisco. Si Ironman les viera en esa pose, no sé si se deprimiría un poco.

Otra cosa, es que viera a mi hija dando porrazos, entonces seguro que se venía arriba!! 

Sin cambiar demasiado de tema, os contaré que esta mañana íbamos con prisas al cole. Los últimos metros los hago yo sola con G, subiendo una cuesta bastante pronunciada. En ese tramo del camino nos hemos encontrado con un niño mucho mas pequeño que iba a toda velocidad, empujando con energía su patín.

-G porque no haces una carrera con ese niño? Pero mi hijo, ya cansado del paseo matutino, no lograba alcanzarlo.
-Pero G, si es más pequeño que tú! 
-Claro! Yo voy más despacio porque soy más grande y peso más!
-Pero hombre, también deberías ser más fuerte, no?
-Claro que sí! Soy mucho más fuerte, porque como mucho hierro. Como como mucho hierro peso más y es por eso que voy más despacio.

Chica, que está claro que mi hijo me tiene que explicar todo-todo-todo, que no me entero.

Ailofyu

Otra de las cosas que hemos retomado tras las vacaciones es el paseo hasta el cole. Lo estoy disfrutando un montón y eso que es cuesta arriba! Cuando llueve o vamos con prisas se nos complica un poco, pero a pesar de todo, nos gusta mucho.

Ellos suelen ir en patín y yo andando. G normalmente va a adelantado y B a mi lado, agarrando el manillar con la mano derecha, y la izquierda la tiene siempre cogiendo la mía, en parte por el mimito, en parte para que vaya tirando de ella.

Muchos días les voy contando un cuento o vamos cantando, -sí, somos un número, pero a esa hora casi no hay vecinos por la calle. Otras veces aprovecho para explicarles lo que sea o aleccionarles -ya en frío y con perspectiva- sobre algo que no han hecho bien en otro momento. También hay momentos que caminamos juntos sin decirnos nada, cada uno en su mundo. O aprovechamos para practicar sumas y restas o el dichoso Spelling. Y en muchas ocasiones les voy metiendo prisa. Incluso puede ocurrir que consigamos hacer todo lo anterior en los 25 minutos que nos lleva caminar una milla cuesta arriba.

Nos despedimos con besos y abrazos, "que tengas un buen día" cruzados, y también con muchos "ailofyu", que en inglés, es como si tuviera menos rotundidad que en español y se abusa mucho de él.

Hace dos semanas G entraba al mismo tiempo que una fila de niños mayores. Mi hijo les llegaba poco más que por la cintura y, por tanto quedaba fuera de su campo de visión. Cuando ya me alejaba de la puerta del cole, escuché que mi primogénito me mandaba besos y con un hilillo de voz un "I love you".

Me giré, le miré y le chillé desde lejos: -I love you!!!

En ese momento pasaba por su lado uno de los mayores -unos 12 años-, que sin ver a G, con una gran sonrisa, miraba a un lado y a otro y, sin localizar al objetivo de aquellas palabras, me preguntaba de vuelta con ilusión y desconcierto:

-A mí!?! A mí?!?

En ese momento, se percató de la presencia de mi pequeño y de vuelta le chillé:

- No, a ti no!! A él!!- decía señalando a G, que estaba muerto de risa.

Así nos despedimos. Y yo feliz de verlos entrar a ambos en el cole con una sonrisa en la cara, tan contentos.

Como se descuiden los padres de ese niño, lo adopto!

jueves, 8 de mayo de 2014

Frozen


Por poco Spanglish que haya últimamente en casa, algo habrá que contar, no?

Supongo que tras las emociones fuertes en la montaña, volver a la cotidianidad de mis días resulta agradable y, al tiempo, poco estimulante a la hora de encontrar cosas que contaros.

No se me ocurre mucho. Podría explicaros que hace unas semanas que Frozen ha arrasado en nuestras vidas: si no estamos viéndola, los niños repiten diálogos enteros de la película. Constantemente escuchamos las canciones que B se va aprendiendo de memoria y que está convirtiendo en la banda sonora de nuestras vidas...

Por ahí vamos toda la familia tarareando "Let it go" y, en ocasiones de mayor arrebato artístico, se nos escapa un sentido:

-The cold never bother me anywayyyy!!!

Pero no todo no van a ser desventajas: Mi hija se deja peinar pacientemente si le prometo una trenza como la de Elsa, que intenta colocarse a un lado sin mucho éxito.

Reconozco que intento sacarle provecho a la influencia de la película, para conseguir además que, con el objetivo de tener una linda sonrisa como la que lucen las de Arandell, se cepille concienzudamente. O se deje lavar la cara, para quitarse los rastros del desayuno, visto que las princesas nunca llevan churretones de Nesquick. Y así todo lo que se me va ocurriendo.

Por supuesto no siempre cuela y en ocasiones me rebate. Entonces no me queda otra que buscar nuevas fuentes de manipulación inspiración.

Pero ahí no acaba el partido que le estoy sacando a la peli. Gracias a Frozen, la Rubia ya no nos invade la cama después de su pipi nocturno.

Hará unos días que, tras dejar una de sus obras de arte "injustamente menospreciadas por sus coetáneos" (esta vez se trataba de un bajorrelieve tallado con espero y concentración en un mueble antiguo de casa de su abuela) fue castigada sin Frozen. Para recuperarla, precisaba mostrar un comportamiento ejemplar durante seis días y seis noches. Exactamente el numero de letras que compone el nombre de la película.

Con tal de conseguir efes y erres y oes y zetas y es y enes, ha sido capaz de, entre otras cosas, dormir del tirón en su camita sin venir a colonizar un poquito del lecho conyugal.

Aunque ha sido un progreso monumental y aunque descansemos mucho mejor, en el fondo, en el fondo, he de deciros que la echo de menos. Porque entre patadas y codazos de vez en cuando se te acurrucaba al lado, o se le escapaba un abrazo, o una carcajada en sueños. Pero hay que dejarlos crecer y si realmente la niña prefiere una "zeta" que compañía, esta más que lista para cortar ese trocito de cordón umbilical.

Además, a cambio, a eso de las siete vienen ambos a despertarme armados de buen rollo y sonrisas. Y levantarse así, después de haber dormido sin interrupciones es lo mejor!

jueves, 1 de mayo de 2014

Que necesitas???

En la sección salud:

Un médico? Lo tenemos.
Enfermera? Planta sótano.
Nutricionista? Un par de días por semana en el mismo edificio.
Fisioterapeuta? Pásate por nuestra recepción.
Dentista? También en el edificio.

En la sección bienestar:

Masajes relajantes, tratamientos faciales y corporales, manicura y pedicura? Si.
Gimnasio? Tenemos.
Entrenador personal? Varios.
Biblioteca orientada hacia la salud, bienestar, deportes y familia? Con más de quinientos títulos.
Pared de escalada? Y cursillos introductorios.
Dormitorios para descansar? Provistos de almohada, edredón, cama y despertador.

En la sección familia.

Guardería? Por supuesto.
Sala de lactancia? También, planta baja.

En serio? Que más... no sé...
A que no tenéis tintorería? Pues sí, mira justo al lado del delicatessen! Planta baja.

Hablando de comida...

Cafeterías? Starbucks en las plantas 2,4 y 6, y si lo tuyo es el café italiano, Illy en las plantas 1 y 3.

En cuanto a restaurantes, puedes elegir entre italiano, pan-asiático, asador/grill y un buffet muy bien provisto y abierto para desayunos, comidas y cenas. Por supuesto ofrecemos sección Kosher. 

.. Y todos estos son -ni más, ni menos- los  servicios que ofrece Goldman Sachs a sus empleados SIN salir de su edificio.

Imaginaros mi cara de alucinada los primeros días de trabajo. Que venían familiares a verme y les daba un tour turístico por la oficina!

La otra cara de la moneda es lo difícil que resultaba encontrar una excusa para ausentarme más de media hora de mi sitio... Pero hay que reconocer que era una gozada.

Good old times at GS!