jueves, 27 de marzo de 2014

Quiet room

No tienen nada. Cuatro paredes sin ventanas. Iluminación de intensidad regulable. Unas cuantas sillas más o menos cómodas. Alguna alfombra tipo oriental. Son salas a disposición de los empleados con múltiple finalidad: relajarte, descansar, rezar.

Yo empecé a usarlas en mis embarazos. Tenía el sueño ligero y pasaba horas en vela. Luego por el día, moría de agotamiento y la restricción de cafeína no ayudaba nada.

En Goldman Sachs en realidad intentaba beneficiarme de los dormitorios. A nuestra disposición teníamos: cama, almohada, edredón y, por supuesto, un despertador que programaba 25 minutos después, y lo dejaba molestarme cada 5 más durante un ratillo. Como por las mañanas de entonces.

Al que piense que menuda jeta eso de irse a dormir en mitad de jornada, que recuerde que en UK no se hace pausa para comer.

Te subes al desk tu sándwich, tu curry, tu pasta, tu pizza, tu ensalada, tu hamburguesa, tu sushi, tu sopa, tu jacked potato, tus noodles. Hasta un pavo asado con su guarnición en Navidad. Lo que te dé la gana. La cantina de Goldman no tiene nada que envidiar al mejor buffet del Hilton. Pero sea lo que sea, te lo comes delante del ordenador, metido en una caja de poliestireno y con cubiertos de plástico, mientras sigues currando.

Como decía Mafalda, la vida moderna tiene más de moderna que de vida.

Los dormitorios, obviamente eran individuales, pero el quiet room no, así que cuando entras te puedes encontrar con alguien.

La primera vez había un tío postrado encima de una alfombra, mirando hacia la Meca, y concluyendo alguna de sus oraciones del día. Con un bombo descomunal, abrí la puerta, ví el panorama, y salí disculpándome por la intromisión, sin saber muy bien porqué. Si lo piensas, lo habitual es rezar acompañado. Pero yo iba a echar una cabezadita y como que no me sentía muy cómoda.

Ese cerramiento a cal y canto en un zulo que hacen llamar quiet room, y que mas bien parece un trastero oportunamente habilitado, hace que seas muy consciente de quien comparte oxígeno contigo. 

La segunda vez yo entraba con un libro y un compañero estaba durmiendo. Aunque compartimos habitación unos minutos más, que se hicieron eternos, ni yo pude leer ni creo que él durmiera. Pero los dos pretendimos que era muy normal estar allí encerrados y muy posible continuar a lo nuestro. Finalmente se fué y yo pude pasar páginas.

Y la última fue ayer.

La puerta tiene una mirilla para poder comprobar desde fuera si está siendo usada la sala. Entré pensando que estaba vacía y cuál fue mi sorpresa al ver una tía entubada en su traje de chaqueta/falda y tirada en el suelo echándose una siesta.

Musité una disculpa (por despertarla y por el susto, que casi le da un soponcio). Y pensé que una cosa era compartir quiet room y otra hacerlo en total oscuridad. 

- Te importa que encienda un poco?- pregunta retórica - o enciendo o no entro-, que ya estoy mayor para jugar a las tinieblas.

Enciendo. Ella se va un poco apurada.

Y yo pienso que no tengo ni idea si esto de los quiet rooms existe en España, pero que por si acaso escribo un post, que como experimento sociólogico no tiene precio.

martes, 25 de marzo de 2014

Sleepover




No sé si os he contado que yo, a parte de madre, esposa y trabajadora a jornada completa, también  soy P.A. -Personal Assistant-, o vamos Secretaria, como se ha venido llamando toda la vida, de los miembros de mi familia.

He de decir para ser justa que, desde que tenemos hijos en edad escolar, a mi querido E le tengo más abandonado. A parte de recordarle alguna fecha señalada, llamada de teléfono, organizarle la agenda del fin de semana, recordarle nombres de familiares lejanos y no tan lejanos de ambos bandos, comprarle los billetes de avión, reservar en restaurantes y hoteles, organizarle citas con sus médicos coordinándolo con su seguro, llevar y traer trajes y camisas de la tintorería y algún detalle más sin importancia -como anticiparle mi cumpleaños y la lista de deseos en conexión con el mismo-, se organiza muy bien solo. ;)

La verdad es que lo que me tiene todo el día con la blackberry en mano es la vida social de mi descendencia. Tengo almacenados más de 40 números y emails de otras mamás y nos escribimos con furor adolescente: Hay que organizar las actividades de los niños, que no se terminan con la coordinación de fiestas de cumpleaños, sino que se extienden a campamentos para las vacaciones invernales, pascuales y estivales, y sobre todo a los "playdates".

En este país uno no se encuentra después del colegio en el parque. Por razones climatológicas obvias, se organizan citas entre los niños, que se quedan a jugar y cenar en casa de sus amiguitos.

En lugar de ser algo relajado y esporádico, las agendas de los pequeños se colapsan con muchísima anticipación, y si preguntara hoy a alguna mamá, me daría fecha para mayo probablemente. Por otro lado hay que devolver las invitaciones, y esto es un curro full time, del que últimamente me estoy escaqueando (Juajuajua).

Para eso tuve yo dos hijos, para que se hagan compañía, pero cada vez hay más hijos únicos, cuyos padres resuelven inteligentemente su soledad, tomando prestados los niños de otros, y oportunamente devolviéndolos a sus nidos a la hora del baño y acostarse. Y digo inteligentemente, porque a mí también me dan ganas a veces de devolver a los míos...

Si tu hijo es sensato, se porta bien y recuerda sus modales, a medida que se hacen un poco mayores le pueden incluso ofrecer un “sleepover”. Te quedas a dormir, y estiras el ambiente festivo y la liberación de sentirte alejado del control paterno hasta después del desayuno del día siguiente.

Para ellos esto es el súmmum y tienen el tema idealizadísimo.

Los míos aun no se han ido a dormir a casa de nadie, pero la mamá de uno de los compañeros de G nos lo ofreció el otro día: Mi Rubia, que no quiere quedarse atrás jamás, mientras se desperezaba algunos días más tarde, me comentaba su primer pensamiento de la mañana:

-Mami yo quiero hacer un sleep over con Maya y con Victoria.

Para el que no lo sepa, nuestra benjamina, después de hacer su pipí hacia las 3 de la mañana suele venir a nuestra cama para hacernos compañía lo que queda de noche. El hábito ha sido aceptado con resignación paterna, que convierte en ironía cuando se nos une el otro polluelo y mami no pone orden. Entonces mi media naranja suele comentar que no sabe que hacemos pagando un alquiler de tres habitaciones en Londres, si con un estudio nos llega.

Pero volviendo a mi charla con B, le pregunté:

-Y que va a pasar cuando te despiertes por la noche, B, siempre vienes a mi cama.
-Mami, es que tú tienes que venir también!!!

No me quiero imaginar la cara de la mamá de Victoria si aparezco yo también con el pijama debajo del brazo.

lunes, 24 de marzo de 2014

Consultorio del Doctor Freud




Domingo. 6:30 de la mañana. G irrumpe en nuestra habitación y, emocionadísimo, comenta:

-Mami, sabes que he soñado? Y prosigue:
-Papá me "dejaba tener" un helado GIGANTE!!
-Y sabes lo que costaba?: UN POUND!!!
-Y toda la familia tenía uno: Daddy, B, tu y yo!!!

Si nuestro querido vecino Sigmund -pasamos por delante de su casa todos los días de camino al colegio- aun estuviera entre nosotros, es muy probable que tuviera a bien comentar lo siguiente:

Vuestro hijo, no se puede decir que encuentre la felicidad en las cosas "pequeñas", pero al menos sí en las baratas.

Ahh, eso y que, por muy grande que sea su helado, a G no le gusta compartirlo.

Y así ha acabado mi encuentro con Morfeo: en domingo, a las 6 y 30 de la mañana, y despidiéndome de mi propia creación que tampoco estaba mal:

Ayer, mientras comenzaba a releer uno de mis libros favoritos, mi marido seleccionó otra peli infumable del Itunes. -Hunger Games- Planteada la trama, decidí dejarle viéndola solo, ignorar mi libro y echarme a dormir.Y aquí tenéis mi particular final de la película. Todo producto de mi actividad onírica.

De entrada le cambié el titulo, la bauticé: Camden Town. Y proseguí exactamente donde la había dejado: Básicamente las personas seleccionadas no tenían que combatir hasta matarse, sino que, finalizada la pelea los participantes tenían derecho a acomodarse en un nuevo barrio de las afueras de la capital, llamado Camden Town, aunque se parecía estéticamente más a Barbican.

Ninguno volvía al pueblo, o Distrito como le llamaban en la película, y se quedaban para siempre disfrutando de las comodidades de su nuevo emplazamiento. The end.

Todavía soñando he pensado que todo esto explicaba porque Camden está lleno de súper héroes tipo Marvel, todos ex combatientes de los Hunger Games.

???

Creo que nuestro querido Freud lo tendría un poco más difícil conmigo...


Los buenos y los malos



Los primeros años de existencia, mis hijos tuvieron la burbuja de cristal mas hermética que les pudimos proporcionar: Todo era amor, felicidad, y a lo que vamos, bondad a su alrededor.

Ya sabéis que no se lleva ahora contarles el cuento de Garbancito, ni cantarles que viene el Coco, ni es de recibo que el Lobo Feroz termine haciendo la digestión de Caperucita y su abuelita. No vaya a ser que les creemos traumas. Pero a medida que van cobrando independencia, hemos considerado oportuno advertirles que en este mundo hay personas buenas y no tan buenas.

Londres es una ciudad fantástica, pero hay mucho tronado, así que conviene que se vayan enterando de porqué no se pueden alejar del adulto que les cuida y mucho menos perderle de vista.

Por parte Disney hemos tenido nuestra exposición, y no se nos escapa lo mala malísima que es Cruella de Vil.

-Porqué chilla?
-Porqué les dice "idiots" a sus amigos?

Y, más recientemente:
-Porqué quiere matar a los perritos para quitarles la piel?

Yo aprovecho la oportunidad para hacerles un lavado cerebral contarles, que probablemente su mamá y su papá no la castigaban nunca, y así creció sin saber qué estaba bien y qué estaba mal y se terminó volviendo muy mala.

Ellos, en su momento nunca me han replicado, y yo he tenido la esperanza de que comprendan, en pequeña escala, porque es muy importante recibir una educación aunque en algunos momentos resulte un tanto molesto.

Pero hete aquí que el otro día mi hija, la Rubia, la de cuatro años, el mico alegre y guerrero que parece pasar por esta vida a unas cuantas revoluciones, me dejo sin palabras: 

Veíamos La Sirenita y apareció la mala. Otra joyita perversa que me da miedo hasta a mí.

-Mami, porque es tan mala? Y empecé yo con mi cantinela, para terminar escuchando lo siguiente:

-Yo creo que nadie la quiso cuando era pequeña.

Y, francamente, no sé si es cosecha propia o qué tipo de conversaciones tienen estas niñas en la guardería, pero todavía estoy flipando.

jueves, 20 de marzo de 2014

Ajedrez


Este verano daddy le enseño a G unas nociones básicas de ajedrez.

Mi hijo, como buen ejemplar XY, se ha entregado al juego y anda algo enganchado. Es lo que tienen los hombres, así generalizando, abrazan sus nuevos hobbys de una manera un tanto obsesiva. 

Nuestro XY siempre quiere jugar. Te coloca el tablero en la mesa, se pone del lado de las blancas y te hace ojitos de Bambi.

Pero no hay que fiarse del bambi. Al principio le dejaba ganar de vez en cuando, pero en estos meses ha mejorado tanto que, a la que me descuido, el mocoso tira de alfil, enroca y te gana la partida en cuatro movimientos.

Aclaro que no es que sea un prodigio. Es que yo soy pésima y el no tiene piedad. El juego es la guerra y su objetivo es ganar. Sin contemplaciones ni miramientos.

Nuestra XX sin embargo, no le encuentra demasiado atractivo al juego. El sábado pasado la escuchábamos desde la habitación decirle a su hermano:

-Pretend that the King gave a flower to the Queen because she was upset.

Y ante la falta de receptividad de G, prosiguió, dirigiéndose a los peones:
-Guys, who want to give a surprise to the Queen??

Creo que mi hija necesita unos Pin y Pon con urgencia.


miércoles, 12 de marzo de 2014

G on fire!

Nos está breando el pequeño sabelotodo. Ayer mismo mientras su padre intentaba arreglar la caldera le decía:

-What happens if you can not fix it?
-Then we'd need to call someone else that could do it.
-Someone clever??
-I am clever!!!! Not someone clever, someone who knows how to fix it.
-Ahh! Ok. Someone REALLY clever!

Esta mañana seguimos inspirado y mientras se desperezaba, muy pensativo, me comentaba:

-Mami, me gustaría que pudiéramos inventar un día especial.
-Especial, como?
-Pues como G's day: Un día en que yo hago lo que quiero.
-Pensaba que eso ocurría en tu santo...que es lo que harías?
-Iríamos a comprar una Wii U.
-Pero G, no puedes gastarte el dinero de tu papa y tu mama. Tendrías que hacer lo que quisieras pero con TU dinero.

Como ve que su mano izquierda ha sido infructuosa, replica enfadado:

-YO QUIERO UNA WII U!!!!

Y señores, es el tercer intento. Desde que el viernes pasado tuvo un "playdate" con Louis y descubrió la consola, hemos intentado numerosos razonamientos para convencer a mama de que tener una en casa es buena idea. Os juro que se esfuerza argumentando, da hasta pena.

Sé que no se ha dado por vencido... Veremos con que nos sorprende la próxima. 

martes, 11 de marzo de 2014

Marie Curie



Volvemos a llenar nuestras solapas de color en Londres.

En marzo son daffodills (narcisos), crecen a miles en nuestros jardines y ahora inundan de amarillo nuestras solapas.

Así la ciudad entera va recaudando fondos para ayudar a una ONG cuyo cometido es financiar enfermeras para el cuidado de enfermos terminales. Es una realidad que afortunadamente no me toca afrontar personalmente, pero que esta ahí y conviene recordar.

Londres se vuelca y, al tiempo que te hace sentir que haces lo correcto, te da la sensación de pertenencia al grupo, una comunidad momentáneamente altruista, teñida de amarillo y consciente de lo que ocurre al otro lado de la puerta del hospital y de tantos hogares.

A mi hijo no se le escapa el aspecto estético del asunto y, por supuesto, quiere lucir flor en su solapa.

-Me parece muy bien G. Mañana cogemos un pound de tu hucha y se lo damos a los chicos.
-Pero mami, necesito el dinero para un Ipad para papa.

Parece que, o nos hemos olvidado del Ferrari, o vamos siendo más realistas.

-Cielo, esos niños recolectan dinero para ayudar a personas que están tan enfermas que se van a morir.
- Pero...
- A ver, que crees que es más importante un Ipad nuevo o ayudar a los que están malitos.
Cabizbajo y con hilillo de voz:
-Ayudar a los que están malitos.

Poco a poco.



lunes, 10 de marzo de 2014

Va de cenas


E y yo somos de cenar en casa. Siempre nos ha gustado prepararnos algo con cariño, y celebrar las ocasiones especiales mano a mano en nuestro salón.

Con niños pequeños, no nos ha quedado más remedio que escapar si queríamos una cena tranquila, en la que la Rubia no nos quitara la comida o trepara por mi espalda hasta colocarse cómodamente enganchada a mi cuello, con una pierna cruzada por mi hombro, o similar. Que aquello mas que cenas, parecian partidas de Twister.

Ahora que han crecido, hemos retomado las celebraciones caseras, y salimos casi siempre con otras parejas. 

El viernes pasado, no supimos/quisimos desmarcarnos de un plan en un restaurante fantástico y terminamos celebrando nuestro décimo aniversario con la ONU: una india, una americana, una kiwi, y sus maridos: un galés, otro kiwi y un chino.

Yo creía que esa cena seria carne de blog, pero fíjate tú, que a parte del top transparente de la neozelandesa, que tenia a mi marido –sentado justo enfrente- despistadísimo, la cena transcurrió con poco que comentar.

Al principio pintaba muy bien, hasta que a alguien se le ocurrió la feliz idea de mover a las señoras a un lado de la mesa y colocar a los caballeros al otro. Creo que E lo agradeció, y a partir de ahí pudo cenar más tranquilo, pero nosotras tiramos de cliché a la hora de elegir conversación, y yo me empecé a aburrir un poco.

Al contrario ha pasado este fin de semana, que fuimos invitados al cumpleaños de un buen amigo, y sentados en una mesa predominantemente turca -pero diversificada de la mano de una dominicana, una peruana de ascendencia japonesa, una malasia/malaya, un donostiarra, o sea E, y una madrileña, o sea yo-, lo pasamos en grande.

El grupo se reunió en un restaurante vasco, que a pesar de las advertencias de la anfitriona, empezó a servir cerdo en todas sus variedades. Al principio, nuestros compañeros de mesa no le dieron mayor importancia, regaban con un Riberita las tablas de jamón que iban trayendo a la mesa, sin preocuparse demasiado. Debe ser que el jabugo, no cuenta como carne porcina... 

Pero llegaron las carrilleras: Presentación inmaculada, salsa dulce y sabrosa y guarnición excepcional del buen hacer del Norte. Pero cerdo.

Como nos veían disfrutar con aquello, el homenajeado se interesó por el plato.

-Son carrilleras, están buenísimas, pruébalas.
Él acercaba el tenedor a la fuente, comentando: -Ya sabéis que esto me va a costar una tiradita larga en el infierno, no?

Tras saborear el bocado, añadió: -De acuerdo, ha merecido la pena!!!

Echamos risas, aniquilamos convencionalismos, y pasó la cena volando. Y para guinda, nos volvimos a casa con una invitación a Estambul.

jueves, 6 de marzo de 2014

DIY



Viva mi colegio, y su educación conservadora, que me ha preparado para la vida moderna.

Vida, que no tiene ya mucho que ver con la que tocaba el siglo pasado (o sea, el XX), pero que tiene muchas similitudes, admitámoslo, si además de mujer trabajadora, eres esposa y madre "en funciones". Es decir, con hijos poco autosuficientes. Al marido lo dejamos tranquilo, aunque el chiste sea fácil, que no es cuestión de llevarnos mal.

Gracias a Pretecnología y la profe que la impartía -creo que se llamaba Ana-
sé coser desde los doce añitos.

Gracias a Diseño, y el buen hacer de "la Vene" (este sí lo recuerdo, que para eso era un mote) aprendí los rudimentos del pinta y colorea. Inciso: A la Vene la llamábamos así porque se apellidaba Venegas, que en mi colegio teníamos una imaginación desbordante. Y mucha chispa. Fin del inciso.

Gracias a la habilidad que ambas supieron trasmitir, aquí ando yo (sin miedo) convirtiendo una camiseta, unos leotardos, un trozo de lazo y un poco de cartón en un disfraz medio decente de ratón para la Rubia.

Con el colegio pasa como con tu madre, por muchas peleas que hayas tenido en tu adolescencia, no puedes evitar claudicar dar la razón a posteriori en algunas cosas. Algunas, insisto.

Y es que, cuando una asume el rol materno en su versión mas complaciente, se ahorra unas cuantas peleas con su media naranja. Por ejemplo: ni se te ocurra pretender que el padre de las criaturas se ponga a confeccionar el disfraz contigo a pachas.

-No es tu hijo? No trabajamos los dos? Pues ala, levanta del sillón y cósele las orejitas a la cinta...

No-no-no, eso acaba mal fijo.

Tienes que admitir que a ti el rollo del DIY -do it yourself-, te pone. Que viene como extra habitual en el genoma del X. No digo de serie, que ya se yo que no, que hay muchas que cuando se acerca la función de Navidad les entran palpitaciones, sudores fríos y sufren terrores nocturnos.

Pero a tí te mata de ilusión hacerle un disfraz a tu niño y luego colgar el resultado en tu facebook y fardar sin límites.

Y tu querido esposo, el del sillón, ya lo hubiera solucionado sin necesidad de robarle horas al sueño, gastándose 50 euracos (o pounds, en el caso que nos ocupa) en la tienda, o en la modista o donde haga menester.

Así que no es el momento de pretender que tu hobby sea compartido, alegando reparto de responsabilidades. Que eso es un tema muy serio, y no conviene comenzar batallas que están perdidas de antemano.

Reserva tu munición. ;)

martes, 4 de marzo de 2014

Pancake day!





Así llaman en UK al martes del carnaval. Es oficial: el día de las tortitas.

Casi se me vuelve a pasar, que es lo malo que tiene estar a caballo entre dos culturas, que terminas metiendo la pata siempre. Menos mal que en la cafetería de la oficina, lo ponían clarito: Pancake day!

Si señores, donde en España celebramos el final del carnaval enterrando una sardina, en UK lo que se hace es ponerse ciegos de tortitas. Y yo pidiéndole a la nanny que preparara de cena brócoli… Seriusly.

Menos mal que a las 14:41 me he enterado en que día vivo. La excusa me va a servir para escaparme un pelín antes de la oficina, pasarme por el supermercado, y comprar lo necesario para prepararlas con los niños.

Al que le sorprenda la celebración, le explicare que aquí el ayuno durante la cuaresma se hace principalmente suprimiendo huevos y dulces; es por eso que justo antes de empezar se ponen ciegos de tortitas. Y también es por eso que en cuanto llega la Semana Santa aparecen huevos y dulces por todas partes.

Que viendolo asi, me recuerda un poco al Ramadán: ayuno durante el dia para ponerme morado al caer el sol. Y no me queda muy claro si uno luego se pone las botas porque ha ayunado, o ayuna para de poder darse un homenaje despues. Ademas no deja de ser un dato curioso que en ambos casos el ayuno viene a durar un mes.

Pero volviendo a las tortitas, me tengo que andar con cuidado, nada de comprarlas hechas o semi-preparadas, que luego me pasa lo que hace un par de años: Con la mejor intención aparecí con ellas en casa, y se me ocurrió rellenarlas de jamón y queso, para que la cena fuera más “cena” y menos merienda y mi querido hijo me lo paso a limpio:

  1. Eso no son tortitas. Tienen forma más bien de crepe.
  2. Las tortitas las preparas con huevo, leche y harina, y si las traes ya empaquetadas de la tienda, ya no puedes guarrear con los ingredientes y no es ni la mitad de emocionante.
  3. El jamón y el queso te lo tomas tú, que esto se rellena con zumo de limón o naranja y azúcar.

Así que rapapolvo de un mocoso de cuatro años que venía de la guarde con la lección aprendida. Es lo que pasa con el inmigrante, que en general son tus hijos lo que terminan por explicarte cómo funcionan algunos aspectos de tu nuevo entorno.

Ya lo conté aqui, me tienen todo el día en wikipedia.

A los niños, les tienen que educar sus padres.

Siempre que vamos a casa de mis padres, mi madre decide meterse en camisas de once varas y aprovechar el tiempo con sus nietos para que "sirva" de algo.

Esta última vez su cruzada particular era, una vez más, educarles. O mejor dicho educarles mejor. Que en fin, tienen sus fallos, pero Tarzan no son: no ponemos los pies en la mesa, ni eructamos, ni saltamos por los sillones o desobedecemos por sistema. Pero tampoco tenemos un nivel óptimo y ella piensa que en cuatro días es capaz de cambiar eso.

Supongo que a estas alturas no se va a dar  cuenta que en la educación, la clave es la constancia y en cuatro días no va a conseguir nada. Que sería mejor que disfrutara de las vacaciones que pasa con sus nietos y aceptara su rol de abuela, que para eso está.

Supongo que tampoco se va a dar cuenta que cada padre es distinto, y que sus hijos y sus nietos son como son. Y ahhh milagro! Al menos estos últimos van mejorando con el tiempo. Así que habría que fijarse mejor donde acabamos y no como empezamos. Que cada padre y cada hijo llevan un ritmo y lo importante es el resultado, y para verlo hay que tener paciencia.

Pero volviendo a las vacaciones, mi madre trataba de explicar a la rebelde de la casa, que si desobedecía y no hacia las cosas bien, nadie iba a estar contenta con ella.

Hasta ahí, bueno.

En algunos momentos de aceleración y sin pensarlo demasiado, la oía por los pasillos decirle por tonterías que, si se portaba mal, no la íbamos a querer tanto. Toma ya! En pleno auge una la educación occidental especialmente cuidadosa con la autoestima del menor, nos jugamos el amor paterno por no ponernos los calcetines sola.

No es que a mí la educación occidental actual me impresione de sobremanera (ya lo conté aqui). Que no hay nada peor que un cretino con altos niveles de autoestima y gran confianza en sí mismo pero con falta de modales y criterio. Pero … habría que ser cuidadosos para que siempre lo que se diga sea cierto y en todo caso las amenazas sean proporcionadas (como comentaba aqui).

Así que después de cuatro días de “brain storming” en casa de los abuelos, en los que ocasionalmente le tenía que increpar a mi madre a ver que le estaba diciendo a mi hija, lo primero que hice al llegar a casa, y mientras acostaba a la benjamina, fue tener la siguiente conversación con ella :

- B, tu sabes que tu papa y tu mama te van a querer siempre, verdad?
- Si te portas mal, nos enfadaremos contigo, y no estaremos contentos. Sin embargo, si te esfuerzas, estaremos muy orgullosos de ti. Pero aunque te portes mal, aunque las cosas no te salgan bien, y aunque perdamos la paciencia contigo, papa y mama te van a querer siempre.

B se limito a responder:

-Gracias mama.

Y me dio un abrazo fuerte.

lunes, 3 de marzo de 2014

Retrato de B, de la mano de su subjetivísima mama.


Gracias a los genes paternos tenemos una princesita rubia, de grandes ojos azules y preciosa tez. Redondita y suave. Un bombón súper alegre, a la que le gusta hacer el payasito y así es como disimula una timidez enorme, que de otra manera la tendría paralizada detrás de mi falda.

No le gustan los besos, pero adora las cosquillas. Le encanta tener tu atención, y si la pierde hará lo que sea para recuperarla. Lo-que-sea. Así que normalmente termina castigada en algún rincón un poco confundida. 

Odia tener que pedir perdón, su pequeño orgullo no le permite reconocer fácilmente que ha hecho algo mal. Así que cuando no le queda más remedio que disculparse, escuchamos un hilillo de voz, casi imperceptible, que alarga la letra “o” hasta deformar por completo la palabra y convertirlo en un “perdoooooo-on” suavecito y cantarín.

A medida que se va haciendo mayor, nos va ensenando otros aspectos de su carácter, que nos vamos oliendo nos dará muchos dolores de cabeza en su adolescencia. Valiente y lanzada. Traviesa. La mezcla es arrasadora.

Es un poco lianta, y no le preocupa soltar alguna mentirijilla si la ocasión lo requiere. "Drama queen" de categoría. Un cocktel molotov manipulador a la que hay que atar corto. Muy corto.

No se puede negar que un poquito “grumpy”, cascarrabias y con genio. Se nos enfada a menudo, cruza sus brazos y pone ceño y morritos. Creo que en realidad sabe que esta irresistible.

 A veces se levanta cantando y otras se levanta enfadada. Queremos creer que su yo verdadero es el que canta y el gruñón solo una pose para atraer atención, pero ya no estamos seguros.

Le obsesiona el chocolate, come desgraciadamente a sentimiento. O sea que si le gusta, se pone ciega y si no, consigue demostrar un interés cero y prefiere no comer y conseguir atención a cambio.

Sensible con absolutamente todos los animales. Su sueño es tener un perrito. Si ve gente montando a caballo dice que ella también quiere. No nos sorprende. 

Le encantan las manualidades y las pinturas, a menudo pinta a su familia y siempre nos retrata sonriendo y con pelos a lo loco. También pinta animales y cohetes.

Le interesa muchísimo la cocina, tanto hacer una bolognesa, como rebozar pescado. Disfruta con la repostería y con cualquier receta que conlleve enharinarse las manos y mancharse hasta los codos.

Le gusta saltar en los charcos, como a Peppa Pig (y a todos los niños) y no le preocupa mancharse o mojarse. Le encanta jugar con agua y trastear por el jardín.

Adora a G. Le parece la pera y suele repetir lo que él hace o dice. Si G hace deberes, ella quiere hacer deberes. Si G se tira por la ventana, ella se tira por la ventana. Claro que, gracias a Dios, G es mucho más sensato y nunca se tiraría por la ventana.

Verla dormir te llena de ternura, incluso si esta roncando, que pasa. Parece mucho más joven, casi un bebe enorme, con su pelo fino, sus mejillas redonditas y su nariz de botón.

Su olor es dulce.