jueves, 20 de marzo de 2014

Ajedrez


Este verano daddy le enseño a G unas nociones básicas de ajedrez.

Mi hijo, como buen ejemplar XY, se ha entregado al juego y anda algo enganchado. Es lo que tienen los hombres, así generalizando, abrazan sus nuevos hobbys de una manera un tanto obsesiva. 

Nuestro XY siempre quiere jugar. Te coloca el tablero en la mesa, se pone del lado de las blancas y te hace ojitos de Bambi.

Pero no hay que fiarse del bambi. Al principio le dejaba ganar de vez en cuando, pero en estos meses ha mejorado tanto que, a la que me descuido, el mocoso tira de alfil, enroca y te gana la partida en cuatro movimientos.

Aclaro que no es que sea un prodigio. Es que yo soy pésima y el no tiene piedad. El juego es la guerra y su objetivo es ganar. Sin contemplaciones ni miramientos.

Nuestra XX sin embargo, no le encuentra demasiado atractivo al juego. El sábado pasado la escuchábamos desde la habitación decirle a su hermano:

-Pretend that the King gave a flower to the Queen because she was upset.

Y ante la falta de receptividad de G, prosiguió, dirigiéndose a los peones:
-Guys, who want to give a surprise to the Queen??

Creo que mi hija necesita unos Pin y Pon con urgencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario