miércoles, 29 de enero de 2014

Me time




Tiempo para ti.

Puro ocio, puedes utilizarlo para tirarte a la bartola y no mover ni un dedo, para salir a correr o para darte una "ducha spa", (que son básicamente las que te tienen debajo de la alcachofa más de diez minutos).

Lo que quieras. La única condición es que tu mente debe quedar en blanco. Presente puro y nada de dedicarte a liquidar tu lista de quehaceres personales y familiares. Porque en "me time" la lista se arrincona mentalmente, como quien esconde algo debajo de la cama, para evitar sentir la presión del deber y poder disfrutar de tu tiempo libre.

Obviamente, aunque no es imposible disfrutar del "me time" junto con tu familia, como cónyuge e hijos son expertos demandantes de atención, y a la que te descuidas requieren de tu ayuda o apoyo, cuando los tienes fuera de la ecuación (en términos matemáticos), o los mandas a paseo (en términos coloquiales), sabes que nadie lo interrumpirá.

Es el regalo más preciado para una madre de familia y empleada a jornada laboral completa o casi (seamos justos). Y para no resultar sexistas, diremos que lo mismo para el padre de familia y empleado a jornada laboral completa.

O sea que en casa el "me time" esta cotizadísimo. No perdemos oportunidades para aprovecharlo: cumpleaños de los niños, carreritas matutinas, siestas robadas (esos son los de E) y duchas spa (las mías). E tiene más momentos de estos en casa, porque en la ofi curra sin descanso. Yo sin embargo tiro de la pausa de comer para beneficiarme de sesiones de gimnasio, comer con amigas o escribir, revisar, adaptar y decorar mi blog.

Afortunadamente mi querido horario laboral incluye un tiempito solo mío, que no desaprovecho y valoro y atesoro. El último detallazo en este sentido ha sido cuando me han mandado de business trip a Madrid. Benditos viajes! Termina tu jornada laboral y ya está! Aunque quisieras no puedes correr a casa a lidiar con deberes, baños, cenas y lavados de dientes. Aunque quisieras.

Hotelazo 5 estrellas en Colon a mi disposición por cortesía de la empresa, a cambio de una interminable ristra de reuniones el lunes y el martes.

No tengo mucho tiempo libre, pero el que tengo, me pertenece en su totalidad. Y eso mola.

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