martes, 28 de enero de 2014

Abu

Mi abuela M acaba de estrenar sus 90 añazos.

Estaba increíble, acudió a su fiesta, elegante como nunca con su traje de chaqueta, su maquillaje, manos y pelo impolutos (como nos tiene acostumbrados) y una sonrisa en sus preciosos ojos azules. Pasó la jornada feliz y contenta en compañía de sus hijos y algunos de sus nietos. Y comenzó su novena década en unas condiciones que ya desearían para sí muchos otros abuelillos de la generación del 27 en adelante.

Pero la vida sigue, y no siempre transcurre por los caminos más sencillos, y cuando el otro día se disponía a tomar una pastilla de un pastillero que haría las delicias de Pete Doherty, perdió el equilibrio, se cayó, y pataplum! brazo y cadera rotos. :(

72 horas ha estado en el hospital, totalmente inmovilizada, hasta que le han podido operar. Sus hijos y algunos de sus nietos se han turnado para hacerla compañía en la espera, y ella, aunque se quejaba del dolor, no ha perdido su apetito.

Hace un par de días, anticipando el post operatorio, la rehabilitación, su recuperación, y en definitiva la que se le viene encima los próximos meses, soltó lo siguiente y se quedó tan a gusto:

-La verdad es que yo creo que los médicos deberían aprovechar esta para quitarme de en medio!

Mi hermano el mayor, su interlocutor en ese momento, decidió echarle humor y actualidad política al asunto y así intentar quitarle hierro a esas durísimas declaraciones:

-Pero vamos a ver abuela, tu a quien has votado en las últimas elecciones?
-Al PP!
-Pues mientras sigas votando al PP, que sepas que eso no va a pasar!!

Mi abuela, que nunca se ha caracterizado por ser una persona sensiblera sino más bien por soltar las cosas tal cual le vienen a la cabeza "caiga quien caiga", aunque sea ella misma (y sobre todo si es ella misma), largó lo que pensaba con la misma emotividad de quien comenta el parte meteorológico.

Aunque sea pronto para hablar, creo que el destino se ha empeñado en llevarle la contraria, y de la primera sala de reanimación salió a carcajada limpia y sonriendo. Mi madre y mi tía, miraban con ojos golosos su goteo y se preguntaban a ver que mezcla ganadora se estaba llevando al brazo, que justificaba su buen humor dadas las circunstancias. Creo que las dos andaban dispuestas a probar aquello.

El postoperatorio, aunque duro y doloroso, está resultando muy positivo y mi súperabuela ya va dando pasitos, y si nos descuidamos, en breve la veremos haciendo carreras por los pasillos.

Hoy le toca el brazo con anestesia general y nos tiene a todos un poco preocupados. Parece que ha ido bien, y ahora toca tener paciencia y ver cómo se va recuperando.

Animo!

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