viernes, 26 de julio de 2013

El quinto inquilino


Cuando alquilamos la casa, no sabiamos que venia con bicho dentro.

La primera vez que nuestro casero nos lo comento, lo hizo de pasada. Habia que cercar el cobertizo para evitar que de nuevo se utilizara de refugio para parir y criar.

La segunda pista, fue el enorme agujero en el cesped de nuestro jardin. Lo rellenamos, pero dio lo mismo, esa misma noche el animal intento volverlo a abrir.

En seguida descubrimos quien era. E lo vio merodear por el jardin de al lado y yo lo escuche llorar por la noche, con un sentimiento que resultaba tristisimo... Sera que se lamenta de que de nuevo le hayamos tapado su agujero?- Pensaba yo.

Señores, tenemos un zorro en nuestro jardin.

Se nota que soy guiri, porque me hace ilusion! Queda tan, tan autentico... Diria incluso que exclusivo, pero no. No es extraordinario ver algun zorro en la gran urbe, por no hablar de sus alrededores.

Los locales no les tienen demasiado cariño, que si ensucian, que si el ruido, que si son especialmente molestos en la epoca de apareamiento... Mi jefe me ha explicado que en celo hacen un ruido similar a un bebe llorando a pleno pulmon. Exactamente lo que oi la otra noche.

Vamos, que si llego a salir, le pillo en pleno!

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