martes, 16 de julio de 2013

Aqui y alli

Me gusta Londres.
Me gusta.

Y menos mal porque llevo 8 años viviendo ya aqui. Empieza a ser mi casa y mis amigos comparten conmigo ese toque familiar, que entre los expatriados tenemos. Otro dia profundizare en esto, porque hoy toca hablar mas de "alli".

Echo de menos que mis hijos vean a sus primos y tios, y sobre todo a sus abuelos cada dos por tres. Echo de menos no ver crecer a mi ahijado. Y que no sepa quien soy. Echo de menos a algunos amigos importantes que siempre han estado en Madrid y con quien me gustaria tomarme mas a menudo unas cañitas o compartir una cenita o bocata de calamares. Echo de menos esas mismas cañitas y cenitas con mis hermanos y cunad@s.

Me gustaria no haber perdido el vinculo con mis abuelas, que aunque con sus cosas siguen ahi, al pie del canon.

Una de ellas soy yo en un 70 por ciento (o mas). Me acuerdo mucho de ella cada vez que me doy cuenta que las pastelerias me trastornan tanto como a mi querida abuela Pilar. Es genetico. Ella (mi padre) y yo somos la misma persona en un supermercado, en una pasteleria o contemplando la vitrina de un delicatessen. Es inevitable. Me acuerdo muchas otras veces de ella, cuando admiro la fuerza que ha tenido siempre y su positivismo. Y la trato de imitar. Ella es la actitud adecuada frente a los retos y la vida y tiene capacidad para simplificar todo y que lo que es complicado parezca sencillo. Tambien compartimos la falta de modestia y un pequeño complejo de Antoñita la fantastica que hace que nos sintamos especiales y unicas, siendo lo que somos, solo personas, con nuestas cosillas. Pero eso ayuda una barbaridad al animo personal, y aunque podamos resultar fantasiosas, nos hace sentir a gusto con nosotras mismas. Y podria seguir hasta el infinito hablando de ella, de su alegria,de cuanto la quiero y lo poco que se lo demuestro.

La otra abuela es diametralmente opuesta, no tienen nada que ver, una es de Marte y otra de Jupiter. Como en personalidad no tenemos nada en comun, ahora me siento mas alejada de ella, y sin embargo es una de las personas que mas he echado y echo de menos en Londres.

Porque no la tengo. Mi abuela Pilar miro para dentro y ahi esta. Mi abuela Margarita no esta, es el contrapunto, el complemento y la que me hacia crecer y me motivaba en aspectos que queria compartir con ella. Y que "per se" no tengo. Le interesa todo, tiene una gran capacidad intelectual, afan de saber, de seguir aprendiendo, de completar y completar y extenuar su biblioteca con libros de historia, de arte, de filosofia, de politica, de todo. Lo lee todo, lo asimila todo, lo entiende todo y nunca sabe bastante de algo. No hay nadie mas culto, mas preparado, y por otro lado tan reservado y tan modesto. Te sientas un par de horas con ella y no percibes el tesoro que esconde. No se abre y no te lo cuenta hasta que no se siente a gusto contigo. Y le cuesta. Ella es intrusiva y mi otra abuela es expansiva. Pero cuando por fin se abre, te lo cuenta y te ensena su tesoro, no hay una tutora mejor, rezuma conocimiento y amor al mismo, te contagia las ganas de saber y explorar, y de seguir y no parar porque sigue habiendo libros por leer, estudiar y consultar. Echo de menos ir a comer a su casa y salir con un libro debajo del brazo. O con tres biografias complementarias de un pintor, un trabajo de su obra contextualizada con la historia y cultura de su pais y dos postales con sus cuadros. Echo de menos sus recortes de periodico. Sus conversaciones de arte e historia, que empiezan con un "Yo no se mucho" y luego te deja boquiabierto. Echo de menos mi "yo culto" que dependia y se alimentaba de la inspiracion de una abuela excepcional. Y podria seguir hasta el infinito hablando de ella, de lo que la necesito, de cuanto la quiero y lo poco que se lo demuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario