miércoles, 16 de octubre de 2013

Mision imposible

El mes pasado C celebro su 40 cumpleaños en el campo. Invito a 15 amigas a su casa y organizo un fin de semana fantástico donde no falto un detalle.

Yo, muy consciente de mis obligaciones familiares, me apunte a la mitad, y allí me fui conduciendo por carretera y autopista hasta llegar a Reading. La verdad que, aunque llevara copiloto y tomtom, iba tensa. No lo puedo evitar. No me gusta nada la velocidad y las 60/70 millas por hora, aunque habrá a quien le parezca que es ir pisando huevos, a mi me imponen, y de noche aun mas.

El tomtom, por desgracia, se quedo olvidado en casa de mi amiga, que desde entonces lo llevaba encima por si un día me veía.

El azar decidió que fuera ella quien, una semana mas tarde, me cediera el paso en una incorporación. Al verla, comprendí que era el momento de recuperar mi preciado navegador, y con una conducción mas propia de 007 que mía, me coloque en paralelo a su coche, abrí la ventanilla del copiloto y le grite:

-Tíralo!

Ella con un movimiento certero coló el aparato, dejando a sus hijos de 5 y 3 años boquiabiertos, sin entender muy bien que es lo que hacia su madre, tirando tan convencida cosas por la ventanilla.

Y a mí me hizo bastante gracia este momento de gran coordinación entre marujas jugando a pelis de acción como si fueran un par de niñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario