miércoles, 12 de febrero de 2014

Nuevas tecnicas matutinas

Hay mañanas en que me levanto con la firme determinación de que mi día sea como en ese tipo de publicidad donde se flota entre las nubes y todo es alegría y buen rollo. Normalmente lo consigo, excepto por cuanto se refiere a la parte estética del anuncio, puesto que voy sin maquillar, no me beneficio del photoshop y me pongo lo primero que pillo. 

Pero no hay nada más eficaz que levantarse con el propósito de disfrutar de tu día, para que efectivamente la botella permanezca SIEMPRE medio llena. Es un buen truco para ahorrase mañanas como esta.

Hoy es uno de esos días. Así que he decidido innovar con mis técnicas matutinas de despertamiento de polluelos.

Como bien sabéis, a mis hijos les rechiflan mis nanas, así que me ha parecido una excelente manera de levantarles desempolvar a Serrat a pleno pulmón. Y me he lanzado:

Y bueno, pues,
un día más
que se va colando
de contrabando.

Y bueno, pues,
adiós a ayer
y cada uno
a lo que hay que hacer.

Tú, enciende el sol.
Tú, tiñe el mar,
y tú, descorre el velo
que oscurece el cielo
y tú, ve a blanquear
la espuma y la nube,
la nieve y la lana,
y tú, conmigo a cantar la mañana.

Tú, a dibujar
el trigo y la flor.
Tú, haces de viento,
dales movimiento
y tú les das color.
Tú, amasa los montes.
Tú, al pozo a baldear
y tú, conmigo y el gallo a cantar...

Que hay que empezar
un día más.
Tire pa'lante
que empujan atrás.

Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo está listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.

Si le falta usted a un mundo enfermo y con canas,
quién va a hacerle la cama
y quién le peinará la frente
y quién le lavará la cara.
Si falta su risa
para echarlo a andar.
Venga conmigo y el gallo a cantar

A pesar de la belleza de los versos, quienes me conocen saben que no debe existir en este mundo peor tortura que, que JR, o sea yo, te cante algo con entusiasmo, sobre todo si me salto algunos versos y otros los recuerdo mal. Y si es a primera hora para que te voy a contar.

Las reacciones han sido variadas: Levantamiento de ceja de la de cuatro años, como preguntándose si su mama no estará un poco trastornada (sin faltarle razón) y, cerramiento compulsivo de párpados y tensión muscular facial del de cinco.

A la pregunta de: Os ha gustado? Mi público ha negado con vehemencia. Como yo no me vengo abajo fácilmente he decidido probar con algo mucho más sencillito, donde mi falta de técnica y de memoria no queden tan expuestas:

Despierta, mi bien despierta,
Mira que ya amaneció,
Ya los pajaritos cantan,
La luna ya se durmió,

Y ahí ya si he conseguido lo que esperaba: total convencimiento de la enajenación mental transitoria de su mami, al que no han dado mayor importancia, y preciosísimas risas matutinas; desayunar con buen humor y una mañana que merece recordarse y atesorar forever and ever.

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