jueves, 20 de febrero de 2014

Educando en UK


G llegó ayer pletorico a casa luciendo su "golden badge" en su blazer. Cara de orgullo por haber recibido felicitación y apretón de manos por parte del director del cole.

La insignia dorada es la condecoración que se impone a cada niño que consigue 20 "merit marks", que a su vez, son premios que dan puntualmente los profesores: Tienen forma de billete del Monopoly y por su cara anversa explican el motivo de su concesión.

Gracias a ellos descubrí que mi primogénito, que siempre me pedía ayuda para vestirse, en el colegio ganaba montones de merits marks por ser el primero en cambiarse para gimnasia. No me hizo mucha gracia, he de reconocerlo, pero claro, el niño llegaba con sus premios y no era el momento de echar broncas por tomar el pelo a su madre. Tome nota mental, eso sí.

En el cole de B, cada alumno tiene una pequeña tarjeta con diez cuadraditos. Si consiguen que, por su buen comportamiento, les den suficientes pegatinas como para completarla, reciben un premio. B se ha agenciado de momento con un bote de Play-doh gracias a este sistema. Creo.

Otras veces les condecoran el pecho con pegatinas de “well done” o directamente las estampan en sus cuadernos.

Todo este sistema esta fenomenal, salvo que tengas a la Rubia en casa, que está dispuesta robarle pegatinas del cuaderno de lectura a su hermano. Os cuento:

No creáis que la pille "in fraganti". Me pidió con ojos de Bambi, que hiciera uso de mi destreza dactilar para despegar las pegatinas del cuaderno de su hermano.

-Es que yo no tengo ninguna!- se lamentaba.

Una vez perfectamente despegadas - gracias a un riguroso entrenamiento en mi juventud a base de abrir los regalos de Reyes que me encontraba por los armarios, sin dejar rastro de mi curiosidad- le pregunte:

-Te la pego en tu jersey?
-Noooo... Las voy a meter en mis "pocketes" y mañana en el cole las pego en el "reward chart"! Shsh! Tu no digas nada! 

WTF! No es que sea una lianta, es que es un bichejo con la cara muy dura! Primero me hace su cómplice y luego me pide encubrimiento. Serán los genes españoles, que vienen con inclinación natural al fraude?

Sea lo que fuere, directa al "thinking chair" se ha ido. A ver si conseguimos que reflexione un poco.

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