martes, 20 de agosto de 2013

Violin

Una de mis frustraciones personales: siempre quise aprender a tocarlo y siempre supe que seria un sueño que no cumpliria.

 Exactamente a 5 minutos andando de mi casa hay una tienda. Violas, violines, violonchelos, contrabajos... La tienda es pequeña y esta atiborrada de instrumentos. Parece sacada de una película. Se respira magia disney.

Entre, porque los niños querían verla por dentro. Ellos enseguida notan el encanto de las cosas y no se pudieron resistir a asomar sus naricillas curiosas por la puerta. El encargado, les dejo toquetear a su antojo, eso si, con muchisimo cuidado, y en algunos momentos respiracion contenida, pero les dejo.

G le pregunto si podía tocar alguno y probo tres.

Primero el violín, concentración total. Lo aporreo sin piedad. Ponía cara de estar tocando a la perfección las Cuatro Estaciones y aquello chirriaba como la puerta de un garaje.

Luego el violín le pareció pequeño y quiso probar la viola. La primera opción fue un no rotundo porque eligió el instrumento mas caro de toda la tienda. Uno extremadamente raro y precioso. Concluyo que preferiría dar clases de contrabajo, que mide tres veces su estatura, otras tantas su contorno y pesa al menos tanto como el.

- Pero G, no pretenderás llevarme detrás cargándolo? De verdad que me conformo con llevar tu mochila y la merienda.

B fue la sorpresa de la mañana, probo con un violín, y aquello sonó tan bien casi a la primera que a ella le entro un ataque de timidez y a mi aquel despliegue de sensibilidad me dejo boquiabierta y pensativa...

Me gustaría que dieran clases en otoño, a ver si a B se le pasa la vergüenza y G se centra en un instrumento mas asequible.

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