A mi blog le ha salido un enemigo, se llama Candy Crush y lo descubri hace un par de dias. Lo reconozco, me he vuelto adicta.
Mola tanto pasar niveles. Es tan entretenido y relajante colocar las fichitas. Es taaaannn tentador sucumbir al placer de activar un par de neuronas para resolver el puzzle y dejar las otras atontolinadas, descansando.
El sabado dije, cuando llegue a Londres lo dejo, pero no he podido. Prometi borrarlo de mi telefono, pero tampoco he sido capaz.
De vez en cuando escaqueo algunos minutos y se los dedico al juego.
Como es perfecto para el metro, tengo una lucha interna entre escribir mi blog o sucumbir al vicio. Veremos quien gana...
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