martes, 10 de diciembre de 2013

Supermamas II - Jennifer

En realidad no se llama así. No tengo ni idea de cuál fue el nombre que eligieron para ella al nacer.

Jennifer es el que utiliza en Europa. Aterrizo en Heidelberg hará dos décadas. Se había apuntado a clases de alemán en Shangai, y como buena china vino dominándolo. Acabo sus estudios con notas fantásticas y comenzó una carrera meteórica en banca. Que dejo aparcada por amor. A su hijo.

Que en este país, sin apoyo familiar, hay que hacer malabares para conciliar trabajo y maternidad, sobre todo en los puestos de gran responsabilidad. En estos casos hay dos opciones: o delegar el cuidado en un escuadrón de nannys que apechuguen en el día a día, viajes y prolongadas jornadas de oficina, o lo mandas todo a tomar viento y decides que mejor lo haces tú, que para eso es tu hijo. Eso hizo ella.

Ahora el niño, a partes iguales alemán-escocés-chino, ya no le toma tanto tiempo, y está dedicándoselo a sus estudios de medicina oriental. Que la inquietud intelectual nunca decaiga!

Siempre me echa un cable. Sé que si voy de cráneo, puedo contar con ella. Me hace el favor y apenas me deja agradecérselo.

- Es muy difícil ser working mummy! Te entiendo!

 Y todo lo que puedo hacer es sonreírla y agradecérselo de corazón y sin demasiada efusividad. A la oriental, todo por dentro y poco despliegue hacia fuera. Igualito que en Europa.

Me encanta ir a su casa. Nos cocina sus recetas y luego me explica con que hierbas y especias ha aderezado el plato y que propiedades tienen. Que consigue hacerte el jarabe más sabroso del mundo y darte de cenar al mismo tiempo. Luego vemos los dibujos en mandarín y jugamos en tableros que yo nunca he visto. 

A su hijo lo está educando a la oriental, exigiendo mucho y dando poco. De nuevo igual que en Occidente: A la escuela va andando sus tres kilómetros, que eso en China es como ir a la vuelta de la esquina y luego lo pone a estudiar lo del cole y lo que se le ocurra a ella que tiene que ir sabiendo de su propia cultura, sobre todo escribir.

Yo les observo y voy tomando nota mental de como habria que ir puliendo aqui y alli una educacion demasiado generosa con los hijos en los que se les da todo a cambio de muy poquito...

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